miércoles, 30 de mayo de 2012

¿COINCIDENCIAS? / Pozo, Mauricio

La dolarización se alimenta de dólares,los mismos que provienen del exterior, no son impresos en el Ecuador. Las monedas de impresión nacional son anónimas y huérfanas, no son ni sucres ni dólares, son fichas que sirven para transacciones menores y sin ninguna aceptación ni reconocimiento en los mercados internacionales. Esto significa que la gestión económica, si busca mantener la dolarización,debería precautelar que las divisas continúen entrando a la economía ecuatoriana o que el circulante en dólares no salga al exterior. El monto de dólares en el país es, por lo tanto, una cantidad de dinero que está sujeta al flujo de ingresos y egresos de dólares, por lo que si el Gobierno gasta demasiado, algún momento le va a faltar dólares, ante lo cual tendría dos alternativas: o se endeuda con el exterior en las condiciones que el mercado externo lo permita o empieza a pagar internamente sus compromisos con alguna moneda nacional o con papeles que el mercado los pueda convertir a los dólares que todavía existan. Esto es justamente lo que ocurrió con Argentina y el régimen de la convertibilidad que murió años atrás. Ese país gastó demasiado y se endeudó en exceso hasta que alentó la impresión de los llamados patacones que no eran sino fichas para suplir la falta de moneda con respaldo. El proyecto de Constitución que deberá ser aprobado o rechazado en el siguiente referendo contiene una lista interminable de compromisos fiscales que serán imposibles de cubrir en el largo plazo y, de ser cumplidos, demandarán de una máquina de rápida impresión de billetes que la actual dolarización lo impide. Esto quiere decir que raya en lo absurdo pretender un manejo fiscal disciplinado y, al mismo tiempo, aspirar "constitucionalmente" a un país lleno de regalos estatales. Es irracional, incoherente y obviamente irresponsable pretender una Constitución que va a destruir la economía del país y al mismo tiempo decir que va a atender a los más pobres. Esto no tiene sentido. ¿O será tal vez todo armado para preparar la llave que les permita justificar una desdolarización de la economía? Tiene sentido, pues nunca creyeron en ella. ¿Todavía somos inocentes y no vemos esa meta?

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