EL GRAN ANUNCIO DE LA FED HA IMPULSADO TEMORES DE INFLACIÓN / The Economist

Incluso antes de que la Reserva Federal diera a conocer su segunda ronda de la flexibilización cuantitativa (QE por sus siglas en inglés) el 3 de noviembre, los críticos ya lo habían denunciado como ineficaz o una invitación a la inflación. No puede ser ambas cosas a la vez, como puede que sea ninguna. El anuncio de la "QE2" (llamada así porque es la segunda ronda de alivio monetario) fue apenas impresionante. La Fed dijo que comprará US$ 600.000 millones en bonos del Tesoro de aquí al mes de junio, en cerca de US$ 75 mil millones al mes, aunque también dijo que podría ajustar la cantidad y el momento si es necesario. Eso fue lo que los mercados esperaban, pero mucho menor que los 1,75 billones de dólares de deuda que compró entre principios de 2009 y principios de 2010 en su primera ronda de QE. Sin embargo, QE2 ya parece haber superado las bajas expectativas que ha suscitado. Desde que Ben Bernanke, presidente de la FED, lo insinuó en Jackson Hole el 27 de agosto, los mercados han hecho exactamente lo que deben. Bajo la QE la Fed compra bonos a largo plazo con el dinero recién creado. Esto reduce los rendimientos a largo plazo y empuja a los inversores hacia alternativas de inversión de mayor riesgo. El rendimiento real en diez años, indexados a la inflación de los bonos del Tesoro ha caído de 1,05 a 0,5 por ciento, resultado de los rendimientos nominales relativamente planos y un aumento en la inflación esperada. Los precios de las acciones han subido un 14 por ciento en el mismo período. La disminución de los rendimientos hacen al dólar menos atractivo: ha disminuido en un 5 por ciento frente al yen japonés, un 9 por ciento frente al euro y un 5 por ciento sobre una base ponderada por el comercio. "Se puede declarar que la QE es un éxito ya", dice un economista de fondos de cobertura. "Si esto se traduce a la actividad real sigue siendo una interrogante. Pero la pregunta de si el mecanismo funcionará ha sido contestada". Expreso, 9 nov. 2010, p. 11